Cultura

Francisco Maturana, muralista: La ciudad como museo abierto

Es uno de los exponentes nacionales de arte público que viene plasmando su obra en las calles. Luego de pintar una monumental obra en el barrio Matta, el muralista habla sobre la vocación de convertir lo cotidiano en arte.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Viernes 4 de diciembre de 2020 a las 12:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Luego de tres semanas trabajando a 40 metros de altura, el domingo pasado los artistas Francisco Maturana y Javier Barriga descendieron a tierra cerca de las 9 de la noche. Abajo, en la esquina de la calle Copiapó con Portugal, barrio Matta, los esperaba un asado de celebración de fin de obra, organizado por un taller mecánico vecino.

“La altura igual es tema, el viento mueve el andamio y hay un balanceo constante. Arriba uno se acostumbra pero cuando baja, viene el mareo”, comenta el muralista Francisco Maturana (30).

Escena de tarde” es su obra de mayor escala, consta de 360 metros cuadrados en total, y forma parte de un programa de recuperación de barrios (ver recuadro MAS, al final). La modelo es María Antonieta, vecina de 72 años que en la imagen aparece dedicada a sus labores de costura.

 

Durante los primeros días los artistas tuvieron que trabajar hasta pasada la medianoche porque dibujaron la escena original a partir de una proyección y para eso debían esperar que anocheciera. Era primera vez que la dupla trabajaba junta pero ambos conocían y admiraban el trabajo del otro, de manera que la convivencia fluyó y cada uno aportó a la obra desde sus respectivas técnicas.

Cuando uno está pintando se conecta con lo que está haciendo durante horas y adquiere seguridad. Ahí viene la parte más intuitiva porque uno no puede estar alejándose todo el tiempo para ver cómo está quedando el mural. Tienes que confiar”, explica Maturana.

 Imagen foto_00000001

“Pintar lo desapercibido”

Maturana Ulloa nació en Concepción pero ha pasado la mayor parte de su vida en Curicó, donde vive hoy. Sus primeras incursiones artísticas fueron en torno al grafiti; partió con rayados de letras y luego fue derivando en figuras humanas.

Estudió Artes visuales en la Universidad de Concepción, y aunque entonces incursionó en otros formatos como el grabado y los videos, ahí adquirió el interés por la historia del arte. Sus referentes artísticos actuales provienen de la pintura clásica, el impresionismo y la escuela flamenca.

Su primera obra urbana fue un grafiti realizado en una estación de tren en Curicó. Hoy varios muros en España y Ecuador, además de distintas ciudades de Chile, que lucen su trabajo. “Me interesa pintar lo que pasa desapercibido, ya sean espacios íntimos u objetos hogareños. Trato de investigar sobre los lugares a los que voy, me dedico algunos días a dar vueltas y conversar con la gente, hasta que decido qué voy a pintar. De alguna manera es intuitivo porque la decisión final es de guata. Esto quiero pintar. Este azucarero. Esta silla”, cuenta el muralista que también es conocido como Matusao, su firma artística

Álbum-mural

En 2017, junto a su hermano Piero, también artista, crearon el Proyecto Mu, iniciativa que se desarrolló en diversas localidades del país con el propósito de vincular a la gente con su memoria y patrimonio.

Un ejemplo emblemático es la serie de murales que pintaron ese año en Penco, región del Bío Bío, como el icónico plato Willow emplazado en el barrio de ex loceros de la fábrica Fanaloza, concretamente en la fachada de la casa de Vicente Santibáñez, quien trabajó 37 años en esa empresa.

Imagen foto_00000015

 Plato Willow, Penco, Concepción, 2017.

Maturana también realizó una serie llamada “Álbum-mural”, en la cual tomaba registros familiares de escenas cotidianas u oficios tradicionales, para luego plasmarlos en los muros de sus vecindarios. En la calle Carmen, en Curicó, pintó una fotografía de 1983 perteneciente a Ismael Arriagada, quien fue radiocontrolador de la emisora Condell durante décadas.

En 2018 participó del Festival Urbano Barrio Arte con una obra de 18 metros emplazada en la calle Mosqueto. En esta instancia, curada por Lira Arte Público, Matusao pintó el “Jugador de palín”, escultura de 1880 de Nicanor Plaza que forma parte de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes.

“Muchos de quienes viven al lado del museo ni siquiera conocían la escultura. Me gusta tomar un objeto y que al pintarlo adquiera otra connotación. Que su interpretación varíe infinitamente, así entiendo el arte”, apunta el autor.

Imagen foto_00000014

 Jugador de Palín, calle Mosqueto, Santiago, 2018.

Pintar el mundo

El año pasado lo invitaron a participar del Festival Internacional de Arte Urbano Asalto que tiene lugar en Alfamén, pequeña localidad rural cerca de Zaragoza, España. Luego de ambientarse en el lugar, optó por pintar un plato de cerámica con la imagen de una garza, ave que habita esa zona.

Otros artistas que conoció ahí lo convocaron luego a intervenir un muro en la ciudad de Teruel, entonces visitó el museo local y se interiorizó en la cerámica característica del lugar para realizar una nueva obra. Pero su obra predilecta, afirma, es de julio de 2019, y está ubicada en la comunidad indígena de Pucará en Ecuador. Hasta allá llegó invitado por el Festival de Nuevo Mural NUMU.

Imagen foto_00000011

Paisaje doméstico, Pucará, Ecuador, 2019.

“Nada es para siempre y en el mural eso es muy evidente porque se degrada. Que las obras adquieran una cáscara de vejez para mí es algo bello. Son marcas del tiempo, historias propias”, comenta el artista sobre su vocación de realizar arte público.

Agrega: “Cuando uno interviene un barrio, la gente del lugar se compromete con la obra. No es sólo algo estético, se sienten parte de ella”. Acaba de terminar “Escena de tarde” y Matusao ya está pensando en un nuevo encargo: intervenir una antigua iglesia cerca de Molina, región del Maule. “Estoy imaginando algo muy en la paleta renacentista. Para mí es un honor pintar un espacio así”, cuenta entusiasmado.

MAS

Esteban Barrera fue el curador responsable del proyecto que busca homenajear la tradición del barrio Matta. El director de Lira Arte Público estuvo tras la producción de “Escena de tarde” y convocó a Maturana y Barriga para que convirtieran una imagen cotidiana en una pintura pública que aporta al patrimonio local. 
El proyecto contó con el apoyo de la Municipalidad de Santiago, a través del programa Revive Barrios Santiago; del BID Ciudades Sostenibles; la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo; y Santiago Innova. 

Lo más leído